Atormentado
Entonces, cuando dieron las doce, el cuerpo de quien había sido Lady Elizabeth Ethel Midford era ahora su hijo se enderezó dulcemente en el lecho y tendió los brazos hacia la puerta abierta. El conde Edgar Von Humboldt entró en el salón, pasó ante los médicos sin verlos, y ciñó la mano de su hijo. Los dos, mirándose como si se conocieran desde siempre, salieron por la ventana.
El conde Edgar Von Humboldt después
de salir por la ventana se llevó a su hijo al bosque recostándolo al pie de las
raíces de un árbol dejándolo a merced de la naturaleza, pensando que así se
desharía de él, haciéndose de oídos sordos ante los llantos de su ahora hijo.
Al desaparecer el conde pasaron los
minutos hasta que se hizo audible el crujir de las hojas siendo destruidas por
las ruedas de una carreta; el sonido ceso al ser detenida dando así entrada a
un hombre vestido con una gabardina negra que al notar la presencia del bebe
decidió tomarlo en sus brazos y llevarlo a un lugar seguro.
Al pasar el tiempo él bebe fue
criado en manos de aquel hombre siendo así que sus características físicas fueron
definiéndose cada vez más dándole un aspecto lúgubre al igual que sus
pesadillas ya que en ellas había un hombre de aspecto similar intentando
asesinarlo gritando Elizabeth con nostalgia y Santiago con ira.
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